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Momentos después, la puerta de la terraza se abre y aparece el hombre enmascarado. 

Alza la pistola y te dispara, pero la chica se interpone y recibe el proyectil.


Te das cuenta de que no es una bala de plomo, sino un dardo con tranquilizantes.  


Sin embargo, lejos de calmarse, la chica se abalanza sobre el hombre enmascarado con un grito de rabia, le rasguña los ojos y la cara, le muerde el cuello, mientras grita: “¡Esta vez no te vas a salir con la tuya, prefiero morir antes de que vuelvas a atraparme!”. 


El hombre enmascarado intenta sacársela de encima, pero la chica, pese a su evidente estado de desnutrición y debilidad, no lo suelta, ambos luchan encarnizadamente.


El hombre finalmente consigue golpearla en el rostro y la chica cae.  

El sujeto recoge la pistola y vuelve a apuntarte. 


-Ahora sos mía, muñeca -te dice con una sonrisa que se le nota a través de la máscara. 


Pero entonces lanza un grito horrible, es la chica que no se rinde y acaba de morderle los testículos. 


Ambos forcejean otra vez y finalmente, en un movimiento desafortunado, caen al vacío. 


Ahora quedaste sola, tenés dos opciones... 



  1. A. Regresar por las escaleras e intentar salir por la puerta 


  2. B. Intentar bajar trepando desde la terraza 





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